Esta es una cuestión con la que, habitualmente, nos encontramos en los despachos de abogados especializados en herencias.
Los herederos no se ponen de acuerdo en cómo realizar la partición de la herencia ¿Qué hacer en este caso ¿Se puede repartir la herencia sin estar todos los herederos de acuerdo?
Antes de dar respuesta a esta cuestión, se hace necesario hacer un poco de Derecho preventivo. Pues sí, los abogados especializados en esta materia, no solo estamos para resolver estos problemas cuando se producen, sino para tratar de prevenirlos e intentar que, en la medida de lo posible, no se produzcan.
Recomendación para ello, hacer testamento y designar en el mismo un contador partidor, persona que se encargará de realizar la partición de la herencia, aunque los herederos no estén de acuerdo. El contador partidor podrá ser cualquier persona distinta de los herederos. Nadie como el testador sabe los problemas que subyacen entre sus herederos.
Pero sí, se puede hacer la partición de la herencia sin que todos los herederos estén de acuerdo. Evidentemente será más costoso y conllevará varios trámites o procesos jurídicos.
Guía completa sobre la repartición de la herencia en España
Hablar de herencias en España es como asomarse al interior de una casa antigua: hay papeles apilados en un cajón, una foto en sepia sobre la cómoda, y silencios que pesan más que el mármol del panteón familiar.
La norma es clara, al menos sobre el papel: para repartir una herencia, todos los herederos deben estar de acuerdo. No basta con un “me parece bien” enviado por WhatsApp: hace falta consenso unánime, presencia física o representada, y firmas con tinta. La razón es simple y a la vez simbólica: la herencia, hasta que se divide, es una unidad indivisa, un todo compartido como lo fue, quizás, la infancia en común o el salón familiar. Nadie puede tomar su parte sin el permiso tácito de los otros.
Pero claro, la vida no siempre coopera con la jurisprudencia. A veces un heredero está en paradero desconocido, o más cerca de la indiferencia que del notario. Otras veces, los desacuerdos familiares se cristalizan justo ahí, en el momento de repartir lo que queda de un ser querido. Y entonces, lo que debía ser un trámite, se convierte en epopeya legal.
Aquí entra en escena el albacea, esa figura entre el confesor de última voluntad y el administrador de bienes. Elegido por el testador, el albacea es el ejecutor fiel de sus deseos escritos, aunque no omnipotente: su poder, aunque amplio, siempre se arrodilla ante los derechos legales de los herederos.
Y cuando la armonía es una quimera, la ley ofrece sus propios atajos, no siempre amables. Uno de ellos es la acción judicial de división de herencia: una invitación formal a que un juez intervenga, reparta, y decida. Es una vía lenta, onerosa y, a veces, emocionalmente devastadora, pero en ocasiones es el único camino hacia la resolución.
¿Y si alguien falta? Entonces se puede pedir la figura de un defensor judicial, una especie de sustituto legal que se calza los zapatos del ausente y vela por su parte. La justicia, al menos en teoría, no deja herederos huérfanos.
Hay quien elige la vía radical: renunciar. Abandonar voluntariamente su parte, cediéndola a los demás. Un gesto que puede ser liberador o dramático, pero que, como todo en este terreno, exige formalidades frías: una declaración expresa, firmada ante notario. Como si para abandonar el pasado, hubiese que sellarlo con solemnidad.
La aceptación o repudiación de la herencia
Lo primero que hay que saber es si el heredero va a aceptar o rechazar la herencia. La aceptación de la herencia es el acto voluntario y libre por el cual una persona llamada a una herencia manifiesta su voluntad de aceptarla.
Si el heredero rechaza o repudia la herencia, deberá hacerlo en escritura pública. Y su parte pasará a los restantes herederos. Pero, suele ocurrir que el heredero que quiere bloquear el reparto hereditario, no hace nada, ni acepta ni repudia la herencia.
¿Qué pueden hacer los restantes herederos para que el heredero díscolo se manifieste?
La interpretación hereditaria
Así viene recogido en el artículo 1.005 del Código Civil.
Cualquier interesado que acredite su interés en que el heredero acepte o repudie la herencia podrá acudir al Notario, para que este comunique a dicho heredero que tiene un plazo de treinta días naturales para aceptar pura o simplemente, o a beneficio de inventario, o repudiar la herencia.
El Notario le indicará, además, que si no manifestare su voluntad en dicho plazo se entenderá aceptada la herencia pura y simplemente. Realizado este paso y, sabiendo quienes son los herederos que han aceptado la herencia, la siguiente cuestión que puede surgir es que no se pongan de acuerdo en cómo repartir la herencia.
Mediación extrajudicial
Una primera vía podría ser acudir a un abogado experto en mediación y Derecho de Sucesiones que pueda mediar entre las partes y, de común acuerdo realizar la partición. Pero esto solo se podrá realizar si todos los herederos aceptan someterse a esta mediación.
Nombramiento de contador-partidor dativo
A esta posibilidad solo podrán acudir los herederos que representen, al menos, el 50% del haber hereditario.
Si se da este requisito los herederos que representen el 50% del caudal hereditario, acudirán al Notario que, citará a los restantes herederos y nombrará un contador partidor dativo que realizará la partición de la herencia. La partición así efectuada requerirá la aprobación del Notario, salvo que la acepten expresamente todos los herederos.
Procedimiento de división judicial de herencia
Si con los procesos anteriores no se ha conseguido realizar la partición de la herencia, solo nos queda la vía judicial interponiendo una demanda solicitando la división judicial de la herencia representados por procurador y asistidos de abogado.
- La demanda deberá interponerse ante el Juzgado de Primera Instancia correspondiente al de residencia habitual del testador.
- Tendrán legitimación activa para interponer la demanda los herederos, el albacea y los legatarios de parte alícuota.
- Se llevará a cabo una primera fase de inventario de los bienes de la herencia. Una vez firme la resolución judicial que fije el inventario, se iniciará una segunda fase en la que se nombraran peritos que procedan al avaluó de los bienes y al nombramiento de un contador partidor que procederá a realizar la partición de la herencia que será aprobada por sentencia.
- En este procedimiento se pueden solicitar medidas para la intervención y aseguramiento del caudal relicto.
¿Qué ocurre si un heredero no está de acuerdo o está ausente?
Las herencias, en teoría, deberían ser un cierre apacible: un gesto póstumo que los bienes y la memoria de quien partió. Pero en la práctica, basta con un heredero disconforme o, peor aún, desaparecido, para que ese acto solemne se transforme en un ajedrez legal con más tensión que estrategia. Cuando el consenso familiar se disuelve como un azucarillo en café caliente, la ley ofrece su propio camino: la acción judicial de división de herencia. Es entonces cuando entra en escena el juez, no como figura conciliadora, sino como repartidor implacable, separando lo indivisible con el bisturí de la equidad.
Si el problema es la ausencia la solución pasa por designar un defensor judicial, un representante silencioso que vela por los derechos de quien ni siquiera sabe que está participando. Y luego están los que renuncian, esos raros personajes que, por principios, estrategia o simple hartazgo, dicen “no, gracias” a su parte del legado. El resultado, por supuesto, es que lo suyo pasa a engrosar la tajada de los demás.
Frente a este paisaje donde el derecho se cruza con el drama humano, resulta casi suicida navegar sin brújula. De ahí la importancia de contar con abogados que no solo entiendan de leyes, sino también de familias. En Winkels Abogados, tus abogados de familia de confianza, llevamos más de dos décadas manejando herencias como quien desactiva minas emocionales: con precisión, pero también con sensibilidad. Ofrecemos un acompañamiento a medida, porque cada testamento es también un relato familiar con sus propias grietas y silencios. Nos esforzamos primero en mediar, en tender puentes cuando las palabras empiezan a sonar como veredictos.
Pero si la concordia no llega, estamos preparados para la batalla judicial, defendiendo los intereses de nuestros clientes con rigor y humanidad. Porque repartir una herencia no debería ser un nuevo conflicto, sino el último gesto de quien ya no está, y merece ser recordado sin que la disputa empañe su memoria.
¿Y, como funciona en el caso de una herencia internacional? ¿Y, sin testamento?
¿Quién hereda qué cuando los bienes están aquí, los herederos allá, y la ley… en todas partes? Las herencias internacionales son un ajedrez jurídico que exige, más que pericia, un sentido casi diplomático de las leyes comparadas. No basta con conocer el código civil de tu país: hay que navegar entre notarios franceses, registros alemanes y tribunales españoles como si fueran estaciones de un mismo tren. En Winkels Abogados, no sólo comprendemos este mapa cambiante: lo hemos transitado.
Y luego están los otros casos, los más humanos, los más crudos. Aquellos en los que la muerte llega sin papeles firmados, sin instrucciones claras, dejando a los vivos con el deber de adivinar voluntades que ya no pueden expresarse. La ley, fría pero necesaria, entra entonces como árbitro: decide quién hereda, cómo y cuándo. Pero las emociones no siguen artículos ni incisos. Un primo lejano que aparece tras décadas. Un hermano que no firma. Un padre que nunca estuvo pero ahora figura en la lista. En esas turbulencias, lo que se necesita es un abogado de herencias internacionales que entienda de leyes internacional y que el derecho también es un acto de consuelo.
En Winkels Abogados llevamos décadas acompañando procesos que, más que legales, son profundamente humanos. Ofrecemos asesoría jurídica sino también un espacio donde los conflictos pueden ser mirados con sensatez, y hasta con cierta ternura. La mediación familiar no es una moda: es una necesidad en tiempos donde la herencia ya no es solo reparto de bienes, sino reconstrucción de vínculos.
¿Tienes dudas? ¿Te falta un papel? ¿Te sobran familiares problemáticos? Llámanos. Escríbenos. Incluso síguenos en redes, que hasta los abogados tienen Instagram. Lo importante es que no enfrentes esto solo.
Porque las herencias, al final, no son sobre lo que se deja, sino sobre cómo se continúa.